APRENDE A MEDITAR
La meditación en conocida en Oriente desde tiempos inmemoriales, en Occidente donde las religiones tienen cada vez menos peso en la sociedad, es frecuente que se medite como método de relajación del estrés. En la religión hindú se lleva practicando yoga desde siglos. Existen varias modalidades, desde cantar un mantra hasta concentrarse en un mandala. También el budismo la emplea, siendo frecuente la meditación en movimiento.
La meditación estimula la agudeza mental y el sosiego al centrarse en el aquí y ahora del presente, permitiendo dejar de lado por un momento los planes, responsabilidades o experiencias negativas pasadas.
Con la meditación se enllentecen las ondas cerebrales, predominando las ondas alfa, que tienen influencia en la calma y serenidad. Además mejora el dolor, la enfermedad cardiovascular y las cefaleas tensionales.
Prepárate para meditar:
Aunque meditar puede parecer complicado es posible conseguir la relajación que ofrece si se siguen unas pautas.
1. Cuándo y dónde meditar: cualquier momento puede ser adecuado para meditar. Algunas personas prefieren hacerlo a primera hora para prepararse para una larga jornada, otros por la tarde para aliviar la tensión acumulada durante el día y otros por la noche para poder conciliar mejor el sueño. Selecciona el momento que más se adecue a ti.
Es más eficaz si se practica con regularidad, preferiblemente a diario, teniendo en cuenta que cada sesión debe durar unos 20 minutos.
El lugar seleccionado debe ser tranquilo para facilitar la concentración.
2. Posturas para meditar: existen muchas posturas, debes seleccionar aquella que te haga sentir cómodo. Es importante que la posición sea estable y no requiera esfuerzo para mantenerse, ya que así respirar será más sencillo y los músculos estarán relajados. Si el cuerpo no permanece bien alineado, la tensión que se producirá hará que la relajación sea más complicada. La columna vertebral debe estar estirada y alineada con las caderas. La cabeza debe estar ligeramente flexionada hacia delante sin contraer los hombros o el cuello. Las manos podemos dejarlas sobre las piernas o las rodillas. La postura más habitual de meditación es la de loto que requiere cierta flexibilidad. Tumbarse en el suelo es también una opción pero se corre el riesgo de dormirse.
3. Técnica de meditación: aunque existen numerosas formas de meditar para lograr la tranquilidad, la meditación basada en respiración consciente es sin duda la más frecuente. Se trata de respirar profundamente centrando nuestra atención en ese proceso. Podemos concentrarnos en los movimientos hacia fuera y hacia dentro del tórax. Es normal que aparezcan pensamientos que nos distraigan del acto de respirar, pero poco a poco lograremos concentrarnos sólo en nuestra respiración. El ancla que fija nuestro pensamiento es la respiración. A medida que pasen los días y adquieras práctica será más sencillo.
Anímate a probarlo y deja un comentario para ayudar a otras personas.
Rosa Cárdaba.
Un blog muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. Espero que te sea de ayuda lo que escribo.
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