Una imagen para desconectar del estrés
Imaginar algo relajante te puede ayudar a desconectar de algo que te preocupa y te genera estrés. Además puedes notar que tus músculos se relajan también.
Desde épocas muy antiguas se han empleado técnicas de visualización para poder frenar la ansiedad y otras enfermedades. Los egipcios ya la empleaban y Aristóteles e Hipócrates postulaban que las imágenes negativas podían producir enfermedades, mientras que las positivas podían sanar.
Nuestra mente funciona por medio de imágenes, de manera que los recuerdos los acumulamos en forma de imágenes, aunque no tienen porqué ser visuales, sino que puede ser un sonido, una senación etc. Piensa por ejemplo en que tienes en la mano una naranja fresca y jugosa. Imagínate su textura en tu mano y el color naranja brillante de su piel. Piensa en cortarla con un cuchillo mientras su jugo se extiende y todo huele a naranja. Ahora imagina que le das un mordisco y la saboreas largo rato disfrutando de su sabor dulce en tu boca. ¿Cómo reacciona tu cuerpo a este estímulo? ¿Es posible que tengas más saliva en tu boca? Aquí tienes una prueba de que las visualizaciones pueden ayudarnos en momentos de estrés.
Te animo a que aproveches el poder de la visualización y dejes atrás el estrés.
¿Cómo puedes emplear la visualización?
Para empezar ponte ropa holgada y que no te moleste.
Estaría bien que te tumbaras, pero si no es posible puedes hacerlo de pie.
Apaga la luz y cierra los ojos.
Comienza por concentrarte en la respiración, de forma que la realices conscientemente y que dirijas el aire al abdomen. La respiración cada vez debe ser más pausada.
Piensa que estás en lo alto de unas escaleras. Vas descendiendo poco a poco cada escalón y a medida que desciendes te vas relajando cada vez más.
Cuando te encuentres relajado, piensa en un paisaje que te haga sentirte bien: una playa, una fiesta con amigos.... Cuando termines de bajar les escalones, te espera este lugar.
Cada vez que quieras relajarte piensa en la misma imagen para que sea más sencillo conectar con las sensaciones placenteras.
Permanece un rato visualizando esa imagen.
Cuando termine tu sesión, respira hondo, muévete poco a poco e imagina que subes de nuevo hasta lo más alto de la escalera.
Abre los ojos, estírate y cómete el mundo.
Rosa Cárdaba.
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