SIGNOS PSÍQUICOS DE ESTRÉS
Algunas personas su muestras indiferentes al estrés o son capaces de controlarlo de tal forma que apenas afecta su vida cotidiana. Otros son enormemente sensibles a él, lo cual puede provocar numerosos síntomas físicos y psíquicos que en ocasiones pueden llegar a ser graves.
El estrés crónico puede causar cambios psíquicos perjudiciales. Estos cambios son más nocivos si la persona que los experimenta no es consciente de su relación con el estrés y por tanto no adopta medidas para atajarlo. Estos cambios pueden afectar a las relaciones personales así como el rendimiento laboral.
Pero ¿cuales son esas consecuencias que se producen por el estrés a nivel psíquico?
1. Inestabilidad emocional: experiencia de altibajos anímicos, predisposición al llanto, profundo resentimiento, accesos de ira y cinismo y tendencia a perder los estribos. Si el principal rasgo es la hostilidad, eso genera que las personas se alejen y rechazo de quienes le rodean. Esa perdida de apoyo social sitúa a la persona en una posición más vulnerable. Además, tras un acceso de ira surge la culpa.
2. Ansiedad: los términos estrés y ansiedad se suelen emplear de un modo arbitrario, pero la ansiedad se centra en reacciones de terror y miedo como respuesta a una situación difícil. La ansiedad nos hace sentir que algo terrible, desagradable o humillante va a suceder.
3. Pérdida de confianza en uno mismo: las personas con estrés sienten que no tienen control o capacidad para desenvolverse con confianza en un entorno. Aunque la causa es el estrés, la persona suele atribuirlo a una insuficiencia personal.
4. Depresión: el estrés crónico no siempre degenera en depresión, pero es frecuente que ocurra así. Algunas situaciones nos predisponen más a la depresión, como un divorcio conflictivo, la muerte de un familiar etc. La personalidad, los recursos propios y las experiencias vitales previas, son fundamentales para que se produzca o no una depresión.
5. Apatía: se produce una desmotivación por las actividades cotidianas y a veces también por aquellas que antes se disfrutaban. El origen puede ser físico por cansancio, insomnio o por toma de sustancia, pero también puede ser emocional.
6. Indecisión: se duda de las propias opiniones y te sientes incapaz de tomar decisiones. No se piensa con claridad, lo que da lugar a un círculo vicioso de desconfianza en sí mismo e indecisión. Calibrar objetivamente las diferentes opciones con las que se cuenta puede ser imposible en caso de estrés. Es recomendable dejar la poma de decisiones para un periodo más sereno o comentarlas con alguien imparcial que nos ayude a decidir.
7. Pérdida de concentración: se presenta como dificultad para mantener la atención. cuando la mente está dominada por aquello que produce estrés no parece haber nada más importante. Además, la desgana hacia una tarea concreta o el temor a no obtener los resultados que se esperan o el cansancio por insomnio, pueden ser la causa de este síntoma.
8. Lapsos de memoria: es frecuente olvidar citas, encargos o aniversarios. Se concreta en un impacto negativo en las relaciones sociales y profesionales. si para escapar del estrés se consume alcohol, se producen también lapsos de memoria.
Si padeces algunos de estos síntomas y crees que tienes estrés, NO LO DUDES y consulta con un profesional.
Rosa Cárdaba.
Algunas personas su muestras indiferentes al estrés o son capaces de controlarlo de tal forma que apenas afecta su vida cotidiana. Otros son enormemente sensibles a él, lo cual puede provocar numerosos síntomas físicos y psíquicos que en ocasiones pueden llegar a ser graves.
El estrés crónico puede causar cambios psíquicos perjudiciales. Estos cambios son más nocivos si la persona que los experimenta no es consciente de su relación con el estrés y por tanto no adopta medidas para atajarlo. Estos cambios pueden afectar a las relaciones personales así como el rendimiento laboral.
Pero ¿cuales son esas consecuencias que se producen por el estrés a nivel psíquico?
1. Inestabilidad emocional: experiencia de altibajos anímicos, predisposición al llanto, profundo resentimiento, accesos de ira y cinismo y tendencia a perder los estribos. Si el principal rasgo es la hostilidad, eso genera que las personas se alejen y rechazo de quienes le rodean. Esa perdida de apoyo social sitúa a la persona en una posición más vulnerable. Además, tras un acceso de ira surge la culpa.
2. Ansiedad: los términos estrés y ansiedad se suelen emplear de un modo arbitrario, pero la ansiedad se centra en reacciones de terror y miedo como respuesta a una situación difícil. La ansiedad nos hace sentir que algo terrible, desagradable o humillante va a suceder.
3. Pérdida de confianza en uno mismo: las personas con estrés sienten que no tienen control o capacidad para desenvolverse con confianza en un entorno. Aunque la causa es el estrés, la persona suele atribuirlo a una insuficiencia personal.
4. Depresión: el estrés crónico no siempre degenera en depresión, pero es frecuente que ocurra así. Algunas situaciones nos predisponen más a la depresión, como un divorcio conflictivo, la muerte de un familiar etc. La personalidad, los recursos propios y las experiencias vitales previas, son fundamentales para que se produzca o no una depresión.
5. Apatía: se produce una desmotivación por las actividades cotidianas y a veces también por aquellas que antes se disfrutaban. El origen puede ser físico por cansancio, insomnio o por toma de sustancia, pero también puede ser emocional.
6. Indecisión: se duda de las propias opiniones y te sientes incapaz de tomar decisiones. No se piensa con claridad, lo que da lugar a un círculo vicioso de desconfianza en sí mismo e indecisión. Calibrar objetivamente las diferentes opciones con las que se cuenta puede ser imposible en caso de estrés. Es recomendable dejar la poma de decisiones para un periodo más sereno o comentarlas con alguien imparcial que nos ayude a decidir.
7. Pérdida de concentración: se presenta como dificultad para mantener la atención. cuando la mente está dominada por aquello que produce estrés no parece haber nada más importante. Además, la desgana hacia una tarea concreta o el temor a no obtener los resultados que se esperan o el cansancio por insomnio, pueden ser la causa de este síntoma.
8. Lapsos de memoria: es frecuente olvidar citas, encargos o aniversarios. Se concreta en un impacto negativo en las relaciones sociales y profesionales. si para escapar del estrés se consume alcohol, se producen también lapsos de memoria.
Si padeces algunos de estos síntomas y crees que tienes estrés, NO LO DUDES y consulta con un profesional.
Rosa Cárdaba.
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